
termoterapia: es la aplicación con fines terapéuticos de calor sobre el organismo por medio de cuerpos materiales de temperatura elevada, por encima de los niveles fisiológicos. El agente terapéutico es el calor, que se propaga desde el agente térmico hasta el organismo, produciendo en principio una elevación de la temperatura y, como consecuencia de esta elevación, surgen los efectos terapéuticos.
Para que un agente térmico se considere caliente debe estar entre los 34 y 36º C como mínimo y el limite superior está fijado con respecto a la sensibilidad cutánea y no debe sobrepasar los 58º C.
El calor se propaga de un cuerpo a otro mediante tres mecanismos:
La conducción, el calor se propaga por la cesión de energía cinética de las moléculas calientes a las frías adyacentes.
La convención, es una propagación de calor que se produce en los fluidos por desplazamiento del mismo.
La radiación, es la emisión de energía en forma de irradiación de longitud de onda determinada, que depende de su temperatura.
El hombre es un ser homeotermo, es decir, que mantiene su temperatura constante. Esto lo realiza por medio de un proceso denominado termorregulación, necesario para poder realizar todos los procesos vitales. La variación de la temperatura va a poner en marcha la termorregulación y esto va a producir ante una elevación de la temperatura una vasodilatación periférica, sudoración, hiperventilación, irradiación térmica y piloerección. Si hay un descenso de la temperatura el cuerpo va a responder con una vasoconstricción periférica, un estimulo circulatorio profundo, activación de los órganos internos y contracción muscular.